Colores de salud

 

Verdes, rojas, naranjas, amarillas, moradas… las verduras nos aportan minerales y vitaminas, además de ofrecer una buena dosis de fibra y agua en cada mordisco. La presencia de proteínas y carbohidratos, sin ser muy elevada, funciona activamente en los niveles de energía del organismo, mejorando nuestro metabolismo, y además son aptas para personas con diabetes.

Son alimentos llenos de color y contienen una  importante suma de antioxidantes que cuidan nuestra piel, nos protegen de los radicales libres y favorecen el sistema circulatorio.

Las verduras tienen un importante efecto depurativo y diurético que, unido al resto de sus propiedades, las convierten en alimentos imprescindibles para nuestra salud. Encontrar una manera original de comerlas es esencial para cuidarnos. Sus combinaciones llenan nuestros platos de sabor, color y bienestar.

Con todos sus beneficios, sus propiedades antioxidantes, para el sistema circulatorio, para la digestión y para la energía mental y física, todas las verduras y las hortalizas deben tomar protagonismo en nuestra alimentación diaria.

La zanahoria es un arsenal reconstituyente. Es perfecta para energizarnos y rebosa de propiedades que nos benefician. 

El poder diurético de la berenjena le viene dado por su capacidad de eliminar líquidos, contribuir a la producción de orina, prevenir la hipertensión y ayuda a reducir la celulitis. Todo ello, gracias a las cantidades elevadas de potasio y bajas de sodio que presenta.

Rojos, verdes, amarillos, los pimientos ofrecen color y sabor a nuestra cocina. El principal componente del pimiento es el agua (más del 90%) seguido de los hidratos de carbono en cantidades muy moderadas, por lo que su aporte calórico es muy bajo. Los pimientos, especialmente los rojos maduros, son una extraordinaria fuente de vitamina C, incluso más que los cítricos.

La alcachofa equilibra tu metabolismo para sentirte en plena forma. Es una excelente aliada de riñones e hígado, ya que aumenta la secreción de bilis y funciona como un excelente tonificador hepático. Estas características depurativas nos regalan ligereza y una satisfactoria sensación de bienestar, que armoniza nuestro cuerpo y nuestra mente.

Tanto la lechuga, como los berros, las rúcula y los canónigos tienen un gran poder depurativo, suavemente laxante. Su efecto relajante puede hacer a hacer del tiempo que dedicamos a cada comida un instante de calma y relajación

El apio y los espárragos con un valioso aporte nutricional, tanto en vitaminas como en minerales. Se les atribuyen propiedades afrodisiacas y contienen pocas calorías. Incluirlos en nuestra dieta nos hará sentirnos llenos de vitalidad.

El tomate y el aguacate reducen el estrés y fortalecen tu corazón. Estas “falsas verduras” (En botánica se definen como frutas) tienen un efecto antiestrés derivado de su contenido en antioxidantes y sus propiedades para el sistema cardiovascular.  Además, en el aguacate encontramos nutrientes necesarios para potenciar la creatividad y el equilibrio emocional. Es rico en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, que ayudan a eliminar el colesterol. Las funciones antioxidantes del tomate y del aguacate funcionan en nuestro organismo como las cremas en nuestra piel. El licopeno que contiene en grandes cantidades el tomate y que le proporciona su característico color rojo, mantiene los niveles de hidratación de nuestra piel. En el caso del aguacate, sus vitaminas aceleran la eliminación de radicales libres, moléculas que propician la aceleración del envejecimiento.

¿Te parecen estas pocas razones para que verduras y hortalizas sean las principales protagonistas en tu dieta? Y se nos queda en el tintero poder enumerar los múltiples  beneficios y propiedades de otras que tampoco debes dejar de incluir en tu menú diario.

En tiempos en los que se impone la comida rápida, las verduras han quedado como reducto de aquellos que se alimentan pensando en mantener la silueta deseada. Considerar este plato como un elemento exclusivo de las dietas de adelgazamiento es una injusticia. Nos quejamos, con razón, de que los niños y adolescentes no sienten especial predilección por las verduras. No es extraño, si son consideradas como elemento de la dieta y, por tanto, como algo ligado al sacrificio y a la obligación

La huerta nos proporciona productos aptos para tomar tanto crudos como cocidos. Los pimientos y los tomates, entre otros muchos, son ejemplos de productos que podemos comer en las dos presentaciones. Otros, como las judías verdes o las patatas, se nos hacen mucho menos atractivos sin un paso por los fogones 

¡Disfrutemos de los alimentos tan valiosos para nuestra salud que nos proporciona la tierra!

 

 

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